Uruguay en mayúsculas parte 2: Surfeando con lobos

Hambre por conocer, por vivir, experimentar, por soñar, por alcanzar un poquito más de lo que ya tienes; esa fue la sensación que hizo que mi viaje diese una vuelta de 180 grados... Mi idea principal era viajar al sur, con dirección a punta del Este, pero todo el mundo me comentó que no era la mejor opción, que probase a subir al norte. Que me pegaba más a como era yo y a mi viaje. Mejores playas, mejor gente y mejor mar asi que decidí moverme hacia el norte. Mi próxima parada era Punta del Diablo. Ya tenía un nombre que atraía...

Punta del diablo es un pequeño pueblo pesquero con una belleza sin igual, el lugar perfecto para encontrar paz interior y recargar el alma de buenas vibraciones. 

Después de separar el pequeño grupo que habíamos formado en la Paloma, los que nos dirigimos a Punta diablo fuimos Kai y yo. Un señor llamado Juan que llegó el día antes de que nos fueramos me aconsejó y me dio un panfleto  del Hostel el Nagual asi también unas chicas en el autobus nos lo aconsejaron, asi que para alli fuimos. El Nagual estaba regentado por un Uruguayo con ascendencia suiza para el que trabajaban dos jovenes surferos que me servirían como grandes guias. Ciertamente el hostel era precioso y se respiraba muy buena onda, puede que esto se debiera en parte a que las 14 chicas que se hospedaban alli emanaban buenas vibraciones por todos lados. Al igual una tarde que fuimos a darnos una vuelta por el pueblo conocimos a una pareja de lugareños. Pablo y Pablo, grandes personas, buen Karma,y que despertaron en mi la mayor de las curiosidades. Uno decía que la personalidad de los lugarenos reflejaba el mar que tenían.

Santa Teresa

El día que me dirigí a cabo polonio, un señor que estaba cargando una tortuga marina herida en el autobus me comentó que santa Teresa era fantástico para ir a hacer surf y la verdad que desde aquel día me picaba la curiosidad por conocerlo. Santa Teresa es parque nacional protegido por militares lleno de plantas tropicales y vida hasta decir basta. Nosotros nos lo caminamos entero antes de llegar a la playa más famosa para surfear de la zona... El Morro.

Después de caminar un par de horas porfin llegamos... no cabía de la emoción, hacia sol, se respiraba aire extremadamente limpio y en mi imaginación se formaban derechas casi perfectas, sólo tenía ganas de correr para ver el mar. Cuando llegamos no tuve una grata sorpresa, olas muy pequeñas las cuales no llegaban al metro y que no venían con casi fuerza. Pero bueno, despues de la caminata que me di, un poco tenía que mojarme las orejas, asi que cogi mi tabla y me meti. El agua estaba caliente, y a rachas en completa calma. En una de las esperas entres serie y serie desvie mi mirada hacia la derecha donde se encontraba otro grupo... justo en ese instante surgio rapidamente del agua la cabeza de un animal que reconoci como un escualo por la aleta dorsal y la trasera.

Fue un instante pero el suficiente para poder diferenciarlo. Sería de metro y medio y se sumergio rapidamente en el agua. Siempre pense que en esa situación me entraría el pánico, pero muy al contrario me tumbe en la tabla con cierta tranquilidad y mire a mi alrrededor por si realmente el animal iba a suponer algun tipo de peligro, pero no lo era. La gente de alli me comento que el agua estaba llena de vida, y que no muy lejos de esa playa podían encontrarse lobos marinos, que podría haber sido uno, pero bueno, la verdad que lo que fuese era un animal al cual yo no estoy acostumbrado a ver y que me impacto de manera positiva. Ahora cuento la historia alla donde

voy. Jejeje

El Rivero

La ola que más me aconsejaron de Punta Diablo. Una derecha no muy grande, pero muy limpia que sacaba tubos muy a menudo. En ella impartí mis primeras clases de surf a tres sirenas a cambio de una cena.

La viuda
Gran playa abierta al mar y con un gran salto en el fondo de arena que hace meritos a su nombre. El día que llegue tenía unos tubazos casi perfectos muy cerca de la orilla, pero a lo largo de la semana fue ensuciandose el agua. Pero la belleza de su playa me recuerda mucho a la flecha de Liencres, con sus grandes dunas.

Ahora Brasil me esperaba sin antes pasar por buenos aires....


y aqui todos los ojos de la mosca